Wednesday, 17 July 2013

...echarte de menos

 
Se me atragantan las palabras. Forman nudos inquebrantables y bolas intragables. Se me ha atravesado tu partida y ahora me parten los sentimientos. Siento tu ausencia y a la vez no noto absolutamente nada, todo a la vez y además ese creciente vacío en concreto. Indago en mi interior y no me encuentra más que el eco de los gritos que desean salir a la superficie y formar estruendos con los relámpagos de mi corazón en proceso de derrumbe. Pero estás atravesada en mi garganta, clavada en mi pecho y esparcida por mis pensamientos. No me puedo mover, no puedo salir, no puedo hablar : tengo una mujer atravesada en los pensamientos, y aléjense de mi porque no existe mal peor ni más doloroso.
 
Nunca una ausencia ocupó tanto espacio. Nunca una partida provocó tantas respuestas, y jamás un adiós causó tanto que decir y tan poco expresable. No sé si duele más tu desaparición de mi mundo o el hecho de que no has mirado atrás. Mi mente ya no escucha razonamientos y desea explotar en mil pedazos junto a la nada que dejaste olvidada. Echo de menos el amargo café de tus ojos y la sonrisa que encontraba en mis labios al contemplarte, o simplemente oírte respirar a menos de dos metros de distancia, fuese real o ficticia.
 
No miro atrás porque tu soledad me envuelve y me consume, y no puedo siquiera mirar hacia otra parte porque en todas partes estás. Echo de menos tu sonrisa y los rizos perfectos de tu cascada, meramente estar a tu lado y resolver el mundo a cañonazos, siempre contigo. Echo de menos hacerte reír, reírme contigo y que nos duela hasta llorar. Echo de menos las noches infinitas que acababan en menos de un suspiro, y el olor de tus abrazos. Añoro como nunca nada antes tu presencia y tus palabras, pero no más de lo que añoro lo que hacía con ellas. Te echo de menos casi tanto como te quiero, pero sobre todo, echo tanto de menos quien soy a tu lado que no puedo evitar quererte más.
 
Te quiero y te añoro más que ayer, pero siempre menos que mañana, pero ya no sé si es peor el quererte, el echarte de menos, o el ver desaparecer quien fui a tu lado.

 

Monday, 1 July 2013

...numbness

Rain. You watch it hit the pavement as your expectations shatter against the ground. Recalling the past few days you wonder how you can feel so lonely when he still lays quiet on your bed. Tall, strong and warm: always willing to love you and always trying to hold you closer, arms wrapped around you every time there is an option. Always making you his, pulling you just an inch closer to his chest.
Glancing as he lays, exhausted, you wonder why only your mind is tired… maybe tired of you.

You stare out the window and feel numb while you watch the droplets attack you through the glass. You realize it is the only thing you have felt for a long time: simple emptiness. His desire falls only a few hours back, and euphoria is just not an option anymore. Your eyes wander over to his relaxed figure and you snort: not an option to you, anyway. Finding its way to your lips, a smile makes you realize it is only there to camouflage your desire to weep: tears and rain is just too much of a cliché, even for you.
 
 
Thinking of the past nights, mornings and days you begin to feel used once again. Was this really what you wanted? You remember calling him, making him come and expecting to feel something. Anything, really. Clenching your fists until pain finds its way you decide ignoring the past becomes the better option, and biting his neck instead of your lips makes you feel something, even if it is only for a fraction of a second.
 
With this idea fixated you make your way back to that disaster of a bed, and as soon as you climb the covers he is over you, grinning, telling you the thousand lies that make any girl blush. Surrendering to his warmth and desire you willingly ignore the voice in the back of your head screaming you to back off. You don’t even feel bad… What has that voice done for you anyways? Where has it gotten you and your dreams? When was it ever good?
 
Deciding your youth is more important than your thoughts you make your way back to him, on top of him and under him. Letting him make you his yet again, hoping to feel just the shadow of an emotion. He pulls you closer than ever, tighter than ever, firmer than ever.  His blood finds your tongue and your groan becomes the literal expression of suppression. Your nails dig their way into his skin and he growls, holding you down. He keeps you still and moves you around. His desire is overwhelming, lust wrap you up and swirls you both in a hurricane of sweat, screams and pure lust.  For seconds all trace of a dark thought expires: you feel something.

The storm you created passes in a fraction of eternity, and finding yourself back in his calm arms you simply wonder: is this anything really better than nothing? Is it even feeling?

...despertar

Despierto. Remoloneo y me giro: me niego a abrir los ojos. Te das cuenta y me abrazas más fuerte, besándome de esa forma que sólo tú sabes, y diciendo en una única caricia más de lo que nadie se ha atrevido a decirme jamás… y suena sincero. Recorres mi espina dorsal con las yemas de los dedos y un escalofrío bate el récord de 100 metros lisos por mi espalda. Cómo puedes tener este efecto en mi ?
 
Mantengo los ojos cerrados. Sonrío ; rezando a dioses y destinos que este momento no acabe. Implorando que tus expediciones por mi cuerpo no cesen. No esta mañana, no nunca. Quiero olvidar en qué tiempo vivimos, y hacer de tus brazos mi mundo. Quiero que tu piel sea mi abrigo, y que tus susurros me hagan de escudo. Déjame quedarme, aunque sólo sea por hoy. Déjame olvidar quién soy, quiénes somos y por qué estamos aquí. Déjame perderme en ti unas horas más.
 
Finalmente abro los ojos, te miro, y me devoras con la mirada. No sé tu nombre, y dudo que tú sepas el mío. No me importa, y a tí menos aún. Me siento cómoda a tu lado. Mientras recorro los surcos de tu pecho me tiras más cerca de ti, obligándome a mirarte a los ojos. Cada fibra de mí se sonroja y derrite en una sonrisa, me pierdo en el calor que desprendes, haciéndome pequeña y sintiéndome frágil pero protegida a tu lado. Aún sigo sin entender por qué estoy aquí, contigo, pero me da igual. Estoy aquí, contigo. 
 
...y me abrazas. Es lo único que me importa. Es lo único que debería importar... Pero esto es únicamente la calma antes de la tormenta, y minuto a minuto, segundo a segundo, paso a paso y caricia a caricia recuerdo qué hacemos aquí, cómo hemos llegado y quién eres. Intento ignorarlo pero no puedo. Te beso más fuerte y te abrazo hasta que duele. Me pierdes.
 
Instante a instante, hora a hora, beso a beso y susurro a susurro recuerdo qué he hecho aquí, cómo he llegado y peor aún: recuerdo quién soy.