Sunday, 24 February 2013

...nosotras

"Escríbenos", dijiste. Escríbe-nos. No sobre nosotras. No lo que hicimos. No lo que fuimos. No lo que dejamos de ser.

ESCRÍBENOS. Con mayúsculas y bien claro. Con poder pero en voz baja, dejando marcado en mí un hueco que no se llenará más que con la perfecta imperfección del tu y el yo, plasmadas en los cuatro folios aún en blanco que tengo delante, igual que nos plasmamos en las cuatro paredes de esa habitación que hicimos infinita a base de querernos. Esa habitación que merece un nombre y apellidos por ser testigo de la pasión más sincera en jamás habitar este pedazo de roca extraviado.

Y yo digo ¿por qué escribir-nos?

Porque cuando nos queremos ni el más brillante de los astros puede hacernos competencia, y cuando nos gritamos ni la muerte de la estrella más imponente nos deja en segundo plano. Porque sin buscarnos nos encontramos siempre una última vez bajo las sábanas, y al mero roce de una mejilla contra la tela olvidamos todo lo demás, espirando promesas que se convertirán en vapor junto al sudor de noches repletas de mentiras.

Porque cuando paseamos bajo en sol sólo el tonto mira al cielo, y sólo el loco se atreve a cuestionar nuestros meñiques entrelazados.

Porque nadie nos entendió. Nunca. Y porque nunca nos molestamos en ser como los demás. Ni falta nos hizo. Porque ¿qué es un roto sin un descosido? Porque nuestra carrera ha sido siempre más larga y rápida que la marca de mis medias; y sin pensarlo dos veces me volverá a quitar los zapatos y te sacaría a bailar otra vez más bajo la luna, hasta que nos sangraran los pies y el mundo terminara de ponerse en nuestra contra.

Porque nunca fuimos nada y aún así lo fuimos todo. Porque tu ombligo conoce más secretos que cualquier prostíbulo, y el rímel corrido en mis mejillas te canta verdades sólo a ti, siempre a ti, dejando que nos volvamos a lanzar por ríos de historias que serán mal juzgadas por ojos inexpertos y corazones frustrados. Porque nunca nos ahogamos.

Porque echar-nos de menos es lo único que se puede hacer, y tratar de entendernos no es más que un intento desesperado por definirnos, que nunca abandonamos por nunca empezarlo. Porque echar-nos de menos fue inevitable cuando me alejé de ti, pero aún más lo fue querer-nos más a cada paso que daba. Porque ahora sé que puedo, pero no quiero, vivir sin ti. Porque sé que tu sin mí tampoco. Porque agujas sin lana siguen siendo agujas, pero el invierno que vivo sin ti se lleva mejor con bufanda. 

Porque lo único que hicimos mal fue encontrar mentiras y términos concretos donde no había, juzgando injustamente una flor por su capacidad de sobrevivir a bajo-cero. Porque poco a poco aprendimos, demostrando que bien es cierto que se aprende a base de experiencias y sueños que se rompen al forzarlos.

Y yo sigo preguntándome por qué escribir-nos, cuando lo único que quiero es que hagas la maleta y me dejes seguir recorriendo el mundo a tu lado, recolectando historias que otro desgraciado, a quien realmente se le de bien, plasmará en un triste intento de vida en memorias poco creíbles y sentimientos que no se entienden. Porque bien sabemos que vivir de recuerdos no es nosotras.

No comments:

Post a Comment